La neuralgia intercostal se puede definir como una dolencia muy común que afecta a personas de todas etnias y edades. Se caracteriza por la aparición de un dolor en la región costal y torácica de tipo calambriforme, comparable al provocado por una ciática. Esto se produce por una compresión, irritamiento o mal funcionamiento de los nervios intercostales.
Tal y como reportan estudios epidemiológicos, alrededor del 15 % de la población sufre este tipo de dolores en cualquier momento dado. Son múltiples la causa de la neuralgia intercostal, pero la sintomatología es bastante característica y uniforme. Aquí te contamos todo lo que debes saber sobre esta patología y cómo abordarla.
Comenzamos destacando los signos clínicos más comunes que se producen durante esta patología. Los síntomas más usuales son los siguientes:
Los síntomas suelen ser sensitivos, pero la función motora también puede estar comprometida en los casos más severos. Este dolor es intermitente o constante y, por desgracia, puede permanecer por mucho tiempo después de que haya desaparecido su causa subyacente.
Para saber más: ¿Qué tipos de neuralgia existen?
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos define la neuralgia como un dolor agudo que sigue la ruta de un nervio y se debe a su irritación o daño. En este caso, las terminaciones nerviosas que se ven afectadas son aquellas que se encuentran entre las costillas.
Fuentes ya citadas nos muestran las posibles causas de la neuralgia intercostal. Entre ellas encontramos las siguientes:
Como podrás observar, una de las causas más habituales de la neuralgia intercostal es la infección por herpes-zoster. Hasta un 10 % de los pacientes con la enfermedad inicial llegan a sufrirla en el futuro. A pesar de que las lesiones vesiculares se curen, el dolor posherpético puede permanecer por meses o años.
El diagnóstico se basa en la detección de la enfermedad subyacente que está causando el malestar en los nervios intercostales. Por básico que pueda sonar, la anamnesis es clave en este proceso: se realizan múltiples preguntas al paciente, sobre todo enfocadas a su historial clínico.
Tras esto, también es vital una exploración física. Se realizará una palpación del área intercostal y, tras ello, se puede acudir a pruebas de imagen como los rayos X o ultrasonidos musculoesqueléticos. La electromiografía y los test de conducción nerviosa ayudan a cuantificar la funcionalidad de los nervios afectados.
El tratamiento se debe abordar desde dos amplios frentes: la medicación y la fisioterapia. Desgranamos cada uno de ellos en los siguientes apartados.
El tratamiento dependerá del agente causal, pues nada tiene que ver una infección vírica con un tumor que esté pinzando los nervios afectados. Aun así, existen una serie de medicamentos comunes que se pueden prescribir:
Esta patología también debe abordarse mediante un tratamiento fisioterapéutico. La terapia fisioterapéutica tiene como fin la disminución del tono de la musculatura en relación con el pinzamiento nervioso y la movilización y liberación de las articulaciones que puedan estar comprometiéndolo. Además, se puede realizar un vendaje funcional para disminuir los síntomas en la zona afectada.
Las complicaciones de la neuralgia intercostal dependerán del agente causal. Si el pinzamiento del nervio es causado por un tumor, por ejemplo, el desarrollo y la extensión de la masa tumoral pueden llegar a comprometer la vida del paciente.
Entre los signos que acompañan a una neuralgia intercostal y suponen una emergencia médica encontramos los siguientes:
Todos estos signos clínicos, acompañados del dolor lacerante de la neuralgia intercostal, indican una emergencia médica. Si sientes cualquiera de ellos acude con presteza a un centro de urgencias.
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La neuralgia intercostal puede ser muy desagradable. Las causas son múltiples y variadas y, por desgracia, en muchos casos no se encuentra un motivo subyacente claro.
Aun así, existen diversos fármacos y tratamientos fisioterapéuticos que pueden paliar esta sintomatología. Vivir con dolor no es lo normal. Si sientes malestares persistentes en la espalda o en cualquier parte acude un especialista médico.